Texto y fotos de Francisco Manuel Moreno Gavilán.
Existen dos versiones con relación al origen del nombre de la localidad:
1.-Versión latina
Según ésta, la palabra «Pruna» procedería de la latina prunus que en castellano es ciruela. Es cierto que en el término de Pruna existen y han existido, antes en mayor cantidad, ciruelos endrinos, prunus silvestre. Por tanto podríamos dar por bueno este origen, pero veamos la siguiente versión.
2.- Versión griega
La palabra prunna en griego significa galeón o navío. Juan Antonio Estrada en su obra Población general de España, escrita en 1768, en el tomo primero, página 414, dice: «Su fundación es de griegos, año 740 a.C. La forma de su sitio, la roca de el castillo, es parecida a un galeón.
Por otro lado, Rodrigo Caro en su obra Antigüedades y Principado de Sevilla y su convento jurídico, escrita en 1634, página 193, dice: «Pruna es voz puramente latina que quiere decir brasas de fuego, y si la tomamos en plural querrá decir ciruelas, pero puede ser griega, que en esta lengua significa navío. El sitio que tuvo la villa y el castillo sobre un gran peñasco que corre de Oriente a Poniente a manera de vela de navío o galeón que visto desde lejos (por ejemplo desde el carril que va a los Nacimientos) parece navegar en un mar de pequeñas elevaciones del terreno».
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Vistas las dos versiones, que cada cual elija la que más le guste. A mí en particular me parece más acertada la griega, ya que su fundación por los griegos se fundamenta en los siguientes hechos:
1.- La presencia de estos en esas fechas, siglo octavo antes de Cristo, por las costas del Mediterráneo donde fundaron ciudades con fines comerciales como Emporium (Ampurias), Abdera (Adra), etc. y el asentamiento en otras ya fundadas por los fenicios, Sexi (Almuñecar) y Malaca (Málaga) hicieron factible que pudieran adentrarse en el interior buscando cereales y otros productos.
2.- La existencia de una moneda donde en una cara figura la palabra Prunna en el centro de dos espigas de trigo cruzadas, y en la otra la figura del héroe griego Hércules.
Quizás los griegos contemplaron lo que yo pude fotografiar sobre las nueve y treinta del día doce de marzo de 2013, la roca que sostiene El Castillo de Hierro navegando en un mar de nubes, es decir, el galeón que navega.